Jorge le contaba su historia a los oficiales, varios no le creían, decían que era una simple broma, que el niño ya estaba muerto. Hasta que llego Carlos, si, Carlos el joven oficial que fue a la casa de los Phelps.
-Lo que dice el muchacho...es verdad. Dijo él.
Todos sus compañeros se le quedaron viendo.
-¿Qué te pasa Carlos, estas bien?
-No, no estoy loco, es cierto lo que dice...
-¿Cómo?
-Cuando fui a la casa de los Phelps... le pedí una foto a la madre ella me dio una foto del joven y la compare con el cadáver, no se porque tome esa precaución...pero sentí un escalofrió al ver que la cara del muerto estaba golpeada y era efectivamente parecida a la del joven Ricardo Phelps, sin embargo... no era él.
Sus compañeros guardaron silencio por un instante en el cual reflexionaron algunos y otros estaban sorprendidos.
-¿Qué dices?, ¿Cómo crees tal cosa Carlos?
-Os lo digo, es verdad, en la foto Ricardo tenia la frente un poco más larga que el cadáver, las orejas de Ricardo son más grandes de las que se podían apreciar en el cadáver.
-¿Qué dices, por que no hiciste mención de tu sospecha antes?
Carlos se quedo callado un momento y de ahí contesto.
-No sabia que hacer, creí que era impresión mía, pero el relato de este joven lo confirma...
Los policías habían ya dejado de reír y se habían puesto serios. Entonces, empezaron a hacerle preguntas a Luis.
-¿Cuál es tu nombre muchacho?
-Luis Estrada.
-¿Dónde dices que esta el niño?
-Estaba en mi casa, salio hoy, pero dijo que regresaría...
-¿Cuando dices que llego con ustedes?
-Ayer...
-¡¿Por qué no viniste ayer a decirnos?!
-Nos amenazo a mi hermano y a mi, el temor no nos dejo actuar.
-Bien, ¿Cómo cuando.... El oficial fue interrumpido por Jorge.
-Por favor, responderé sus preguntas en el camino, he dejado a mi hermano solo y tengo miedo de que llegue Ricardo y quiera hacerle daño.
-¿Por qué no lo dijiste antes? ¡Vamos rápido!, ¿Carlos vienes?
-Creo que estoy en esto desde el inicio, es mi deber ayudar a acabarlo. Dijo Carlos.
-Entonces vamos, ¿Calle Flores, dices, verdad?
-Si, número 27
Una patrulla salió en dirección a la casa de los Estrada, la patrulla se estaciono unas dos cuadras antes de llegar a la casa por si Ricardo llegaba y la veía. Iban ya a llegar cuando de la casa se escucho un grito de terror.
-¡Auxilio!
Fin del capitulo tercero, continuará...
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